“Yo vi levar el ancla. Crónica de inmigrantes”.

anclaEste libro, escrito en Guigue y publicado en Villa de Cura en 2004 por el maestro Juan de la Cruz Reyes López rescata del olvido parte de la vida de Venezuela, de Eslovenia y de su protagonista, Franz Willewaldt.

Es la historia de un inmigrante que deja su natal Eslovenia -desgarrada durante la II Guerra Mundial entre las atrocidades nazi-fascistas y las atrocidades comunistas- para rehacer su vida en Venezuela.

No solamente parecen de ficción algunas de las aventuras del animoso Franz, sino también aquella Venezuela de finales de los 40 y década del 50.

Una Venezuela que recibía inmigrantes y de la que hoy emigran sus jóvenes; que enviaba a Europa productos que hoy no se consiguen en sus abastos; cuyo correo funcionaba; cuyos habitantes prestaban enormes cantidades de dinero confiados en la honorabilidad.  Un país seguro y amable.

El discurso que el delegado venezolano da en la cubierta del barco antes de salir del puerto europeo, da la medida de lo que nos distancia de aquel país:

Jóvenes: a partir de este momento la vida les sonreirá, no habrá más temor, más persecución, van a comenzar una nueva vida, tienen un mundo por delante.  Uds. son el futuro de mi país y el futuro es de ustedes.  Venezuela les abre los brazos y los recibe como sus nuevos hijos. Tengan fe, tengan esperanzas. ¡Buena suerte para todos!

Pero no solamente iban jóvenes en ese barco, iban ancianos y niños.  De Eslovenia, Croacia, Serbia, Rusia, Alemania… Y no fue solamente un barco, fueron muchos los que vinieron a Venezuela que, como aclara el autor, era uno de los pocos países en el mundo que recibía inmigrantes de forma oficial.

Este un libro de interesante lectura tanto para venezolanos como para eslovenos y sus descendientes, así como para otros nacionales de la antigua Yugoslavia.  Conocerán un poco de sus raíces y tradiciones.  De las difíciles circunstancias que vivieron esos pueblos invadidos por los países del Eje y luego sometidos a la dictadura totalitaria de los comunistas.

Excelente testimonio registrado por el maestro Reyes

Roberto M. Rodriguez A.

5 pensamientos en ““Yo vi levar el ancla. Crónica de inmigrantes”.

  1. Antonia Brundula

    Me encanto, ver de nuevo la portada del libro del amigo Franz Willewaldt, ya que el fue promotor de nuestra Asociacion de San. Cirilo y Metodia junto con nuestra gente a la cabeza con el difunto y siempre recordado Mons. Juan Grilc Resman. Que lindo es recordar nuestra asociacion tiene sus libros , para el que se interese a comprarlo. Mi deseo es que la descendencia de nuesta gente este siempre orgullosa de
    sus padre y abuelos, A. Brundula.-

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  2. Carmen Aída Marín Pérez

    Una historia conmovedora, salpicada de emociones y vivencias. La tragedia de muchos a causa de la guerra, flagelo que nos persigue desde hace mucho tiempo. Tengo la dicha de poseer esta joya, con la dedicatoria de su protagonista; el cual el 12 pasado falleció a los 87 años. Siento un profundo pesar por la persona que a pesar de, mantuvo una jovialidad contagiosa, un caballero en toda la extensión de la palabra, y un amigo incondicional. Quiero plasmar mis sentidas palabras de pesar por la pérdida irreparable. Descanse en Paz Sr. FRANZ WILLEWALDT PIRNAT.

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  3. yese w

    hermosa historia contada por mi abuelo franz, un hombre hermoso; luchador; amable; trabajador; con principios y de buenas costumbres! Gracias por enseñarnos todas las cosas buenas , por guiar a tus hijos siempre por el bien, como lo fuiste tu. Viviras en nuestros corazones siempre! TQM Abuelo Pa

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  4. Silvana Pausin

    Vivencias que llegan al alma para quienes tenemos ascendencia eslovena. Leerlo es remontarse a los cuentos de mis padres, las anécdotas de tantas personas que tuvieron que vivir tan cruenta guerra. Agradecer a este país que los recibió con los brazos abiertos, donde comenzaron nueva vida con el dolor inmenso de haber dejado a los suyos. Aquí comenzaron de nuevo, aquí estamos sus descendientes hinchados de orgullo por tenerlos a ellos como nuestros padres. Mil gracias al Sr. Franz Wilewaldt y a toda su familia. Que Dios lo abrace en su regazo y le de el Descanso Eterno.

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